
Te has hecho con unos cornis y toda la parafernalia de conectores, botella de CO2, manoreductor, etc. y aun te preguntas porqué no lo hiciste antes, y te dejaste de gramos de azúcar y acondicionar botellas y todo el tinglado. De todos modos, lo del corni es muy práctico pero te limita mucho a la hora de llevar unas birras a casa de algún colega o probar varios lotes distintos en casa. Vamos, que al final terminas embotellando la mitad de la producción.